La hemoncosis es una abomasitis parasitaria causada por el nematodo hematófago Haemonchus contortus. Afecta principalmente al ganado ovino y caprino, aunque también puede infectar al ganado vacuno. Puede ser una causa importante de pérdidas económicas en las explotaciones de los pequeños rumiantes en todo el mundo, especialmente en áreas tropicales y subtropicales.
Descripción: Nematodo que en su fase adulta se localiza en la superficie de la mucosa abomasal (Figura 1). Es de tamaño notable (mide 2-3 cm de longitud) y es característico en las hembras apreciar el útero de color blanquecino enrollado sobre el intestino de color rojo lo que les da un aspecto rayado (verme tirabuzón o “barber´s pole worm”). Los vermes adultos, tanto hembras como machos, tienen una lanceta en el interior de la cápsula bucal y papilas cervicales (Figura 1). La hembra tiene una solapa vulvar muy desarrollada. El macho presenta una bolsa copuladora con lóbulo dorsal asimétrico y dos espículas que terminan en un espolón (Figura 1).
Hospedadores definitivos: Oveja, cabra, vaca. Se ha descrito también en llamas y alpacas.
Zoonosis: El humano puede ser un hospedador accidental. Se han descrito casos en Brasil y Australia, aunque su aparición es esporádica y su importancia es muy escasa.
Figura 1. Haemonchus contortus adultos. A: Sobre la mucosa abomasal de una oveja. B: Papilas cervicales en el extremo anterior. C: Bolsa copuladora del macho.
¿Cómo es el ciclo biológico de H. contortus? ¿Cómo se infectan los pequeños rumiantes?
- El ciclo biológico de H. contortus es directo (Figura 2).
Figura 2. Ciclo biológico de H. contortus. El ciclo biológico puede dividirse en un ciclo endógeno en el hospedador y un ciclo exógeno en el ambiente. Ciclo exógeno: Los huevos eliminados con las heces del ganado parasitado contaminan el pasto, donde se desarrollan los estados larvarios (L1, L2, L3). La L3 es la fase infectante para los pequeños rumiantes; se trata de una larva envainada, ya que conserva la cutícula de la L2 (lo que la confiere resistencia a las condiciones ambientales) y se desarrolla en 5 días en condiciones óptimas de temperatura y humedad, aunque el desarrollo larvario puede prolongarse durante semanas o meses si la temperatura es baja, pero no sobreviviendo a las heladas. Los animales se infectan durante el pastoreo, al ingerir L3 infectantes con la hierba. Por tanto, no afectará a aquellos exclusivamente alimentados con heno, ensilado o pienso y que no ingieran hierba fresca en su dieta. Ciclo endógeno: Una vez ingeridas, las L3 pierden la vaina y mudan a L4 sobre las criptas gástricas, transformándose después en preadultos (L5) y posteriormente en adultos. Después de su fecundación, las hembras comenzarán a eliminar huevos que se detectarán en las heces del animal transcurridas entre 2-3 y 4 semanas postinfección (periodo de prepatencia) en ovejas y vacas, respectivamente. Las hembras de H. contortus son muy prolíficas pudiendo poner hasta 5.000 huevos al día.
- Las L3 pueden ser muy resistentes en el ambiente bajo condiciones ambientales adecuadas (alta humedad y temperatura). Por ello, el parásito es más frecuente e importante en regiones tropicales y subtropicales. Sin embargo, la emergencia climática ha facilitado la difusión de H. contortus a regiones templadas, como el centro y el norte de Europa.
- El parásito puede sobrevivir en el hospedador como L4 inhibida o en hipobiosis durante los periodos climatológicos más desfavorables del año.
- Existe un aumento de la excreción de huevos en las heces de las ovejas justo antes de la paridera, asociada a un debilitamiento del sistema inmunitario de las madres. Este fenómeno, llamado “incremento periparto”, se debe a la reactivación de los estados hipobióticos. Coincide también con el inicio de la temporada de pastoreo y, por tanto, tiene gran importancia en la contaminación de los pastos.
- La población de vermes adultos presentes en el abomaso puede ser totalmente eliminada después de una nueva infección con L3, debido a una reacción de hipersensibilidad inmediata a los antígenos de las larvas en desarrollo, conocido como fenómeno de auto-curación.
- En España, H. contortus se ha descrito en los pequeños rumiantes y en rumiantes silvestres, como en la cabra montés (Capra pyrenaica). Sin embargo, su importancia es menor si lo comparamos con la prevalencia de otros tricostrongílidos que parasitan a los pequeños rumiantes como Teladorsagia spp. y Trichostrongylus spp.
¿Cuál es la clínica característica de la hemoncosis en los pequeños rumiantes?
- La patogenia de la hemoncosis se explica por la actividad hematófaga tanto de las L5 como de los adultos de H. contortus, que además secretan sustancias anticoagulantes que contribuyen también a la anemia hemorrágica asociada a la infección. Un parásito adulto es capaz de succionar entre 30 y 50 μL de sangre al día. Por tanto, una oveja infectada con 1.000 vermes adultos podría perder hasta 50 mL de sangre al día. Sin embargo, la intensidad de los efectos de la infección depende, no sólo de la carga parasitaria, sino de la respuesta inmunitaria del hospedador y de la activación de su sistema hematopoyético.
- La hemoncosis sucede principalmente en animales jóvenes sin experiencia inmunitaria previa (p.ej. durante su primera temporada de pastoreo) y en animales adultos con un sistema inmunitario debilitado (p.ej. mal nutridos o con infecciones concomitantes).
- Las ovejas y las cabras infectadas muestran anemia (que puede aparecer ya a los 20 días postinfección, antes del periodo de patencia), eosinofilia e hipoproteinemia, que se evidencian en membranas mucosas pálidas y edema submandibular. Aunque la diarrea es un signo clínico asociado a las nematodosis digestivas, las heces de los animales infectados por H. contortus tienden a ser consistentes y aparecer oscuras por la sangre oculta que contienen.
- Se han descrito tres formas clínicas de la hemoncosis: hiperaguda, aguda y crónica; con diferencias en la presentación y evolución de la enfermedad (Tabla 1).
- En los casos agudos e hiperagudos existe una anemia marcada que puede tener un desenlace fatal, encontrándose durante la necropsia en el estómago gastritis hemorrágica aguda con coágulos de sangre, sangre sin coagular y un gran número de vermes. En los casos crónicos, en cambio, se observan signos progresivos de anemia crónica e hipoalbuminemia, tales como debilidad generalizada, mucosas pálidas, ligera ictericia, valores de hematócrito y recuentos eritrocitarios bajos o edema subcutáneo.
- En corderos menores de 6 meses, la ingesta de un número elevado de L3 puede ocasionar la muerte del animal. A partir de los 6 meses de vida, los corderos son capaces de desarrollar una respuesta inmunitaria protectora frente a la infección. Una vez que son inmunocompetentes, los animales son capaces de eliminar una población de adultos preexistente tras la ingestión de nuevas L3 (auto-curación).
Tabla 1. Formas clínicas de la hemoncosis ovina.
Hiperaguda | Aguda | Crónica | |
Incidencia | Poco frecuente | Frecuente | Muy frecuente |
Duración | 0-7 días | 1-6 semanas | 2-6 meses |
Intensidad de la infección | Infección masiva con L3 | Carga de vermes adultos elevada y con reinfecciones continuas | Carga de vermes adultos baja sin que sea necesaria la reinfección |
Morbilidad | Baja | Media-alta | Muy alta |
Signos clínicos | Muertes repentinas.
Anemia intensa y palidez de las membranas mucosas. Debilidad. Resistencia del animal a moverse. Edema subcutáneo. Heces secas, negras y escasas. |
Mucosas pálidas.
Edema generalizado, especialmente submandibular, en ovejas con mala condición corporal. Letargia, caída de la lana y heces de color oscuro. Agalaxia que lleva a la muerte de los corderos. Debilidad y pérdida de condición corporal en animales adultos que puede ser fatal. Puede existir auto-curación, con un descenso drástico en la eliminación de huevos del parásito, en cualquier etapa de la infección. |
Malnutrición.
No hay anemia ni edemas muy marcados, dificultándose el diagnóstico. Reducción del crecimiento en animales jóvenes. Descenso de la condición corporal en animales adultos. Descenso de la producción de leche, carne y lana. El pronóstico depende del estado nutritivo del hospedador. Puede existir auto-curación. |
Recuento de huevos en las heces | 0-400.000 huevos por gramo de heces | 1.000-100.000 huevos por gramo de heces | 200-2.000 huevos por gramo de heces |
Hallazgos de necropsia | Más de 10.000 vermes en el abomaso. Gastritis hemorrágica aguda y anemia intensa. | Entre 1.000 y 10.000 vermes en el abomaso.
Gastritis hemorrágica, anemia y edemas generalizados. |
Entre 100 y 1.000 vermes en el abomaso.
Gastritis y anemia crónicas. Deficiente condición corporal. |
¿Cómo saber si la infección por H. contortus está presente en mi granja y si debería aplicar algún tratamiento frente al parásito?
- El diagnóstico in vivo de la hemoncosis incluye pruebas para la evaluación de la anemia y métodos de confirmación de la presencia del parásito.
- Los análisis coprológicos cuantitativos (p.ej. método de McMaster, Flotac) son muy utilizados debido a su sencillez y bajo coste para evidenciar la presencia de huevos de H. contortus en las heces de los hospedadores parasitados. Debido a la prolificidad de las hembras parásitas, pueden detectarse huevos incluso cuando hay una carga de adultos baja en el abomaso. Sin embargo, estos huevos son indiferenciables morfométricamente de los de otros tricostrongílidos, por lo que el diagnóstico coprológico debe acompañarse de la evaluación clínica. Además, cuando se detecta la presencia de huevos del parásito en las heces del hospedador, este ya puede estar anémico.
- En infecciones experimentales se ha tratado de asociar la eliminación de huevos en las heces con la carga parasitaria: 3.000 huevos por gramo (pg) de heces indicarían una infección moderada, mientras que 30.000 huevos pg corresponderían a una infección intensa. Sin embargo, en condiciones de campo, una infección monoespecífica es rara, existen infecciones y reinfecciones y, por ello, estos datos carecen de valor práctico.
- El examen hematológico puede ayudar al diagnóstico puesto que la anemia es indicativa de la infección. Para ello existe un sistema, llamado FAMACHA (Faffa Malan Chart) desarrollado en Sudáfrica por el Dr Faffa Malan que correlaciona el grado de palidez conjuntival con la intensidad de la anemia (valor hematócrito). La intensidad de la anemia se evalúa en una escala de 5 puntos (Figura 3). Un valor de 1 (rojo) se considera no anémico asociado a un valor hematócrito de 35%, 2 con 25%, 3 con 20% y 4 con 15%, siendo el valor 5 (blanco) correspondiente a un valor hematócrito de 5% e indicativo de profunda anemia. Este sistema ha demostrado ser muy preciso para el diagnóstico de la hemoncosis en regiones tropicales y subtropicales donde la infección de los pequeños rumiantes con H. contortus es endémica y dominante sobre otros géneros de nematodos digestivos. Sin embargo, este sistema no sería útil en el diagnóstico de la hemoncosis en otras áreas (p.ej. climas templados) donde otros géneros de nematodos (p.ej. Teladorsagia, Trichostrongylus) infectan a ovejas y cabras también.
Figura 3. Guía FAMACHA para la evaluación de la anemia en la hemoncosis ovina.
- Actualmente, el control de la hemoncosis se basa fundamentalmente en la utilización de fármacos antihelmínticos.
- Existen diferentes clases de antihelmínticos eficaces frente a H. contortus. Estos incluyen antihelmínticos de amplio espectro, como los bencimidazolcarbamatos (albendazol, fenbendazol), imidazotiazoles (levamisol) y lactonas macrocíclicas (ivermectina, moxidectina, eprinomectina, doramectina). Además, los antihelmínticos de espectro estrecho, como el closantel o el nitroxinil, son eficaces también frente a helmintos hematófagos como H. contortus y Fasciola hepatica.
- Sin embargo, el uso inapropiado de estos fármacos ha resultado en la aparición y difusión de resistencias antihelmínticas en los nematodos tricostrongílidos y, especialmente, en H. contortus frente a todos los grupos de antihelmínticos actualmente en el mercado (ver artículo sobre resistencias antihelmínticas).
- Por ello, se ha recomendado la aplicación de tratamientos selectivos para mantener la máxima población de nematodos en refugio y, con ello, la susceptibilidad de estos parásitos a los antihelmínticos disponibles. Estos tratamientos se basan en la aplicación de antihelmínticos a las ovejas o cabras de una granja en momentos específicos, reduciéndose así el número de administraciones y minimizando el desarrollo de resistencias. Se han propuesto varios criterios para la selección de los animales a tratar, que pueden ser parasitológicos (incremento de los recuentos de huevos fecales), clínicos (presencia de anemia valorada con FAMACHA, baja condición corporal) o productivos (reducción de la producción de leche). El tratamiento de los animales más anémicos valorados con la carta FAMACHA ha dado muy buenos resultados en áreas donde la hemoncosis es endémica.
- Además, también se recomienda que el abordaje farmacológico de la hemoncosis debería complementarse con otras estrategias, de las cuales aquellas dirigidas a mejorar la respuesta inmunitaria del hospedador frente a la infección, como la suplementación nutritiva y la vacunación serían muy ventajosas.
- La nutrición óptima es un factor clave para la resiliencia y resistencia frente a las nematodosis gastrointestinales y especialmente la suplementación proteica se ha demostrado que incrementa la respuesta inmune frente a H. contortus.
- La vacunación frente a la hemoncosis puede ser una herramienta muy útil para su control. Existen vacunas disponibles frente a la hemoncosis ovina. Estas se basan en el antígeno latente H11, que es una proteína del aparato digestivo de H. contortus y la H-gal-GP que es un extracto de vermes adultos. Ensayos clínicos han confirmado la eficacia de la vacuna Barbervax® protegiendo a corderos en administraciones repetidas con 3 semanas de intervalo frente a infecciones experimentales intensas (ver artículo sobre vacunas frente a nematodos).