El parásito del mes: Taenia saginata y la cisticercosis bovina

El parásito del mes: <em>Taenia saginata</em> y la cisticercosis bovina

Descripción: La cisticercosis bovina es una enfermedad parasitaria ocasionada por la presencia en el tejido muscular del metacestodo Cysticercus bovis, fase larvaria de Taenia saginata. La cisticercosis es una enfermedad de distribución mundial, aunque la prevalencia es muy baja en países con adecuados sistemas de depuración de aguas residuales. 

Etiología: Cysticercus bovis (Phylum Platyhelminthes, Clase Cestoda, Orden; Cyclophyllidea, Fam. Taeniidae) es un metacestodo monocefálico y monovesicular, con forma oval y recubierto por una membrana translúcida. Los cisticercos presentan un contenido líquido y un único escólex, pueden llegar a medir hasta 1 cm y se localizan principalmente en la musculatura estriada de mayor irrigación (p. ej. miocardio, maseteros, psoas, intercostales o diafragma, entre otros). 

Zoonosis: Sí, es una zoonosis de transmisión alimentaria que se adquiere por la ingestión de carne cruda o poco cocinada de ganado vacuno que contenga cisticercos infectantes. En el ser humano se desarrolla el cestodo adulto, T. saginata, que se localiza en el intestino delgado y puede llegar a medir más de 10 m. Taenia saginata es poco patógena. La infección suele cursar de forma asintomática o con síntomas leves (dolor abdominal, anorexia o pérdida de peso) y, de forma excepcional, con obstrucción intestinal o apendicitis. Sin embargo, el síntoma más visible es la eliminación de las proglótides grávidas en las heces. La organización mundial de la salud considera las teniosis humanas como enfermedades desatendidas.

¿Cuál es el ciclo biológico de Taenia saginata? 

  • El ciclo biológico de Taenia saginata es heteroxeno y la transmisión es fecal-oral (Figura 1).
  • El ganado vacuno actúa como hospedador intermediario (HI) albergando al metacestodo (Cysticercus bovis) en su musculatura. Otros rumiantes como la llama o el reno también pueden ser HI. El ser humano es el único hospedador definitivo (HD) donde se desarrolla el cestodo adulto (T. saginata) en el intestino delgado.
  • El potencial biótico de T. saginata es muy elevado, ya que un individuo parasitado puede eliminar hasta 5-6 proglótides grávidas al día durante 4-15 años. Las proglótides pueden contener hasta 150.000 huevos. Además, los huevos pueden permanecer viables en el ambiente durante semanas o incluso meses y los adultos de T. saginata pueden permanecer viables hasta 15 años.

Figura 1. Ciclo biológico de Taenia saginata. El ciclo biológico comienza con la eliminación de las proglótides grávidas al ambiente de forma espontánea o con las heces al suelo, donde se degradan y liberan los huevos (1-2). Además, las proglótides pueden romperse en el interior del intestino y liberarse los huevos en las heces. Los huevos son infectantes en el momento de su expulsión y contaminan el medio (agua, pasto, pienso o forraje). Su diseminación se ve favorecida por las moscas, el viento, o la escorrentía. Los huevos miden aproximadamente 25–45 µm de diámetro, contienen una oncosfera (o embrión hexacanto con tres pares de ganchos) rodeada por un embrióforo o “cubierta” radialmente estriada de color marrón. El ganado bovino ingiere los huevos de T. saginata (3) y, en el intestino delgado, gracias a la acción de las enzimas digestivas se libera la oncosfera que atraviesa la pared intestinal y vía hemática se disemina hasta alcanzar su localización definitiva, la musculatura estriada, donde empieza a desarrollarse el cisticerco (4). A los 11 días post-infección (pi) el cisticerco mide 0,1 mm, se rodea de tejido conjuntivo y prosigue su crecimiento hasta que se desarrolla el escólex y la vesícula alcanza el tamaño definitivo de 1 cm a las 10 semanas. En este momento los cisticercos tienen capacidad infectante, pueden permanecer viables meses e incluso varios años, si bien a los 9 meses pi la mayoría de ellos inician un proceso de degeneración con inflamación, necrosis y calcificación. El ciclo biológico continúa con la ingesta de cisticercos viables por el ser humano (5). Tras la acción de las enzimas digestivas se libera el escólex, el cual se fija a la pared intestinal y comienza su crecimiento. El periodo de prepatencia suele ser aproximadamente de 3-4 meses y los cestodos adultos pueden medir entre 3 y 12 metros. Estos no presentan ni rostelo ni ganchos, pero si 4 ventosas como órganos de fijación.

 

¿Cómo se infectan los bovinos?

  • El ganado vacuno se infecta por la ingestión de huevos de T. saginata (Figura 2) presentes en el agua de bebida, pasto, forraje o pienso. 
  • Diferentes factores epidemiológicos van a condicionar la transmisión, por una parte, el hábito culinario de consumir la carne cruda o poco cocinada por los seres humanos y, por otra, la falta de higiene y saneamiento que facilita que las heces humanas contaminen el agua y los alimentos del ganado. Esta situación sucede con más frecuencia en países con escasos recursos económicos donde hay un contacto muy estrecho entre el ser humano y el ganado. 
  • Los huevos pueden permanecer viables en el ambiente durante varias semanas o incluso meses.
  • Los diferentes estudios epidemiológicos asocian la cisticercosis bovina con la proximidad de las granjas a zonas de recreo (picnic) y plantas de depuración de aguas residuales, inundaciones de las zonas de pastoreo y efluentes de aguas residuales. En raras ocasiones se han descrito brotes en cebaderos donde la fuente de infección fue probablemente algún trabajador.

Figura 2. Huevo de Taeniidae.

 

¿Cuál es el impacto de la cisticercosis bovina?

  • Si bien la cisticercosis es una parasitosis de distribución mundial su prevalencia es baja, al menos en los países de la Unión Europea donde está implementado un programa de monitorización en las canales (Bélgica, Alemania e Italia, con tasas de prevalencia del 0,22, 0,02 y 0,01%, respectivamente). Sin embargo, dado que el método de diagnóstico basado en la inspección visual de las canales presenta una sensibilidad baja su prevalencia podría estar infraestimada. 
  • Las mayores tasas de prevalencia se han detectado en países de África, Sudamérica, algunos países del área mediterránea y de Asia (p. ej. 7% en Egipto y 28% en Etiopía), con diferencias no solo entre países sino también entre regiones. Esta enfermedad es esporádica en EE.UU., Canadá, Australia y Nueva Zelanda. La prevalencia es mayor en las ganaderías extensivas en zonas con deficientes condiciones higiénico-sanitarias, se incrementa con la edad y es mayor en las hembras.
  • La cisticercosis bovina origina importantes pérdidas económicas asociadas al decomiso de canales enteras o parte de ellas. En los años 90 ya se estimaron pérdidas de 112-198 € por canal en EE.UU. y Reino Unido. Sin embargo, en un estudio más reciente realizado en Bélgica estas pérdidas se han visto incrementadas hasta 586 €/ canal. 
  • En España la cisticercosis bovina se ha diagnosticado en el ganado bovino sacrificado en mataderos de Cataluña. De hecho, durante el periodo 2008-2015, se detectaron entre 18 y 107 vacas con cisticercosis cada año que se corresponde con una prevalencia del 0,01% en el sacrificio. Sin embargo, el impacto de la infección por T. saginata en salud pública es bajo, ya que entre el periodo 2013-2016 en esta región tan solo se diagnosticaron entre 41 y 63 casos. Se estima que el agua podría ser una posible fuente de infección. Además, las prácticas actuales de gestión de aguas residuales parecen contribuir a la diseminación de huevos de T. saginata, los cuales contaminan los cauces de agua y las aguas superficiales. Por el contrario, la presencia de personal procedente de zonas donde la prevalencia es elevada en explotaciones con animales infectados, no parece que sea un factor de riesgo determinante.
  • Diversos estudios han señalado que, en la mayoría de las granjas, los animales infectados solo se han detectado una vez, lo cual podría deberse a que la mayoría de las infecciones son el resultado de la ingestión accidental de huevos que se encuentran diseminados en el ambiente, por lo que las infecciones leves son más comunes que las infecciones graves.
  • La cisticercosis bovina suele ser una parasitosis que cursa de forma subclínica, ya que normalmente el número de cisticercos en cada canal suele ser bajo. Sin embargo, dependiendo de la carga parasitaria y de su localización los animales pueden presentar signos clínicos como anemia, hipertermia, anorexia, mialgia o debilidad muscular. En caso de que el miocardio esté gravemente afectado los animales pueden presentar fallo cardiaco y mortalidad derivado de una miocarditis, sobre todo en animales jóvenes donde es más frecuente la cisticercosis generalizada (con cisticercos generalmente vivos) asociada a una primoinfección masiva. Por el contrario, en los adultos predomina la cisticercosis leve, debido al desarrollo de inmunidad.
  • Los cisticercos se localizan fundamentalmente en la musculatura estriada, si bien de forma ocasional también pueden localizarse en el sistema nervioso central, hígado o pulmón. En relación con la musculatura, los cisticercos se localizan con mayor frecuencia en el miocardio, los maseteros internos y externos, el diafragma, los intercostales, los músculos de la lengua y el cuello, el psoas, los aductores, la musculatura de la pared abdominal y el esófago. 
  • Tras la diseminación vía hemática de las oncosferas, éstas se establecen en el tejido conectivo intersticial dando lugar a una estructura quística que aparece rodeada de un infiltrado inflamatorio. A los 2 meses pi se observa una membrana constituida por fibras de colágeno y se desarrolla una miositis alrededor del metacestodo con infiltrado inflamatorio y fibroblastos. Cuando los cisticercos se localizan en el miocardio se produce miocarditis y pericarditis.  

¿Cómo saber si la cisticercosis está presente en mi granja?

  • Debido a la inespecificidad de los signos clínicos el diagnóstico clínico-epidemiológico resulta de escasa utilidad. 
  • El diagnóstico post-mortem mediante inspección visual de las canales en los mataderos en busca de los cisticercos es prácticamente la única herramienta disponible, ya que la infección normalmente no ocasiona signos clínicos y, por tanto, solo se detectará cuando el animal sea sacrificado. Cuando se detecta el metacestodo en la musculatura se estima que el animal se ha infectado al menos 1-2 meses antes (tiempo necesario para que el quiste sea visible), pero podrían haber transcurrido hasta 2 años desde que el animal se infectó.
  • La sensibilidad del diagnóstico post-mortem es baja (alrededor de un 10-50%), sobre todo debido al pequeño tamaño de los cisticercos y a su localización en profundidad (Figura 3). Además, también puede haber casos de falsos positivos en el caso de granulomas, abscesos o por una miositis eosinofílica asociada a la presencia de Sarcocystis spp., que cursa con lesiones similares. 
  • De acuerdo con la legislación europea (Artículo 30 del Reglamento (EU Nº 2019/627) la inspección visual en matadero debe realizarse en toda la musculatura. Además, en el ganado bovino mayor de 8 meses, o mayor de 20 meses en el caso de que no haya realizado pastoreo durante su vida, se realizará una incisión en los maseteros. Dicha incisión no será obligatoria en los siguientes casos: i) si se emplea una prueba serológica específica; ii) si los animales proceden de una granja que está certificada oficialmente como libre de cisticercosis; iii) si la prevalencia de la población de partida es inferior a 1 en un millón con un 95% de certeza o no se ha detectado ningún caso en los animales sacrificados durante los últimos 5 años.
  • Las pruebas serológicas son poco sensibles, sobre todo en aquellos animales donde el número de cisticercos es bajo, como en la mayoría de los bovinos infectados en Europa. Se han desarrollado técnicas que detectan antígeno circulante del metacestodo. Los resultados preliminares de una prueba ELISA directa indicaron una sensibilidad cercana al 100% en animales con más de 50 cisticercos viables, y alrededor del 60% cuando el número era inferior.  

Figura 3. Cysticercus bovis en miocardio.

 

¿Cómo se puede controlar y prevenir la cisticercosis?

  • La prevención de esta enfermedad se basa en tres pilares: control veterinario mediante la inspección de las canales, educación higiénico-sanitaria de la población junto con un adecuado diagnóstico y tratamiento farmacológico y redes de saneamiento de aguas residuales. 
  • Las canales deben someterse a la inspección veterinaria postmortem (Artículo 30 del Reglamento (EU) Nº 2019/627). La carne con cisticercos será declarada no apta para el consumo humano. Sin embargo, si la cisticercosis no es generalizada, las partes no infectadas del animal podrán declararse aptas para el consumo humano tras haber sido sometidas a un tratamiento frigorífico. Hay diferentes tratamientos que aseguran la pérdida de viabilidad de los cisticercos: 360 h a 5ºC, 216 h a -10ºC y 144 h a -15ºC.
  • En el ganado bovino no está justificado el uso de antiparasitarios, ya que no hay métodos de diagnóstico in vivo precisos, si bien se han probado fármacos que han mostrado cierta eficacia como el albendazol, fenbendazol y mebendazol.
  • Los humanos deben evitar el consumo de carne bovina cruda o sometida a un insuficiente tratamiento térmico. Alrededor del 50% de las proglótides de T. saginata pueden eliminarse independientemente de la defecación y es probable que esta eliminación sea percibida por el paciente al presentar movimiento propio. Los huevos pueden quedar adheridos en la zona perianal y se pueden detectar por la aplicación y el examen de cintas adhesivas. La infección por T. saginata en los humanos se controla fácilmente con un tratamiento antiparasitario siendo el praziquantel o la niclosamida los fármacos de elección.
  • Las aguas residuales deben someterse a una adecuada depuración y debe evitarse su uso para abonar terrenos de pastoreo.
  • Se han desarrollado vacunas basadas en antígenos recombinantes de la oncosfera que han demostrado ser eficaces frente a la infección por T. saginata, si bien no se ha comercializado ninguna hasta la fecha posiblemente por motivos de rentabilidad.