Una de vaqueros: la historia de la Fiebre de Texas

Una de vaqueros: la historia de la Fiebre de Texas

¿Conoces cuál fue la primera descripción de una enfermedad, animal o humana, transmitida por artrópodos? ¿Sabías que fueron veterinarios los que participaron en esta descripción? ¿Cuál es su relación con el acarreo de ganado “Longhorn” desde Texas y el mundo de los vaqueros en el oeste americano?

A continuación, te damos las claves a todas estas cuestiones:

  • La conducción de ganado durante el siglo XIX y principios del XX, especialmente entre 1850 y 1910, fue una de las mayores actividades económicas en el oeste de EE.UU. Se calcula que, en este período, unos 27 millones de cabezas fueron llevadas desde Texas, siguiendo diferentes rutas, a algunas de las principales ciudades de Kansas (Abilene, Dodge City, Kansas) y Missouri (Sedalia), pero también a Nebraska y Wyoming, desde donde eran transportadas en ferrocarril a los mercados del este del país. El viaje no estaba exento de peligros al cruzar territorios inexplorados donde habitaban diversas tribus de nativos americanos.

 

 

  • Aproximadamente al mes de la llegada del ganado texano, el bovino residente en las zonas de destino comenzaba a desarrollar una enfermedad misteriosa que ocasionaba una elevada mortalidad y morbilidad. Los ganaderos comenzaron a llamarla la Fiebre de Texas. Mientras que el ganado texano permanecía sano, los bovinos autóctonos desarrollaban fiebre, anorexia, anemia y orina de color rojo. Curiosamente, la propagación de la enfermedad se detenía con las primeras heladas del año. Las pérdidas eran tan elevadas que se desarrollaron medidas de cuarentena federales y estatales para el ganado texano y se desarrollaron diversos estudios intentando descubrir su origen. En 1869, los científicos del Departamento de Agricultura concluyeron que la enfermedad podría estar asociada con la hierba que pastaba el ganado.
  • Habría que esperar hasta el año 1893 en que Theobald Smith y Fred Kilborne, ayudados por Cooper Curtice y bajo la dirección de Daniel Salmon (los tres últimos veterinarios, todos procedentes de la Universidad de Cornell y trabajando para el recientemente creado Bureau of Animal Industry) describieran, en un artículo que se ha convertido en un clásico de las ciencias biomédicas, que la Fiebre de Texas se transmitía mediante garrapatas. Los descubridores mostraron que:
  1. Cuando en un campo se albergaba ganado texano con garrapatas y se introducía ganado sano autóctono, este último enfermaba.
  2. En campos con ganado texano libre de garrapatas, el ganado autóctono no enfermaba.
  3. En campos con garrapatas donde antes había pastado ganado texano, pero que en la actualidad no albergaba animales, si se introducía ganado autóctono, la enfermedad se presentaba al poco tiempo.

“Cuando el el siglo XIX y principios del XX llegaba ganado desde Texas, el bovino residente en las zonas de destino desarrollaba una extraña enfermedad que los ganaderos llamaron la Fiebre de Texas”

 

Daniel Salmon trazó la línea divisoria entre los lugares en los que la enfermedad era común y aquellos en los que aún no se había propagado. Con esta información, el gobierno pudo atender las demandas de los ganaderos del norte que pretendían regular el movimiento interestatal del ganado. Finalmente, fueron capaces de identificar en 1888 al patógeno responsable de la Fiebre de Texas, un protozoo que se hospedaba en los eritrocitos del animal al que denominaron Pyrosoma bigeminum (syn. Babesia bigemina).

  • El descubrimiento por primera vez de la transmisión de un agente patógeno por un vector artrópodo constituyó un paso fundamental en las ciencias biomédicas. Además, abrió el camino a otros hallazgos que revolucionaron el conocimiento de la época: la transmisión de la tripanosomosis del ganado (nagana) por moscas tsé-tsé por David Bruce en 1895, la malaria en 1897 por Ronald Ross y la fiebre amarilla en 1900 por Walter Reed y sus colegas.