La equinococosis

La equinococosis

 

  • La equinococosis es una zoonosis de transmisión alimentaria cuyo agente etiológico son cestodos del género Echinococcus. Hay cuatro especies que pueden infectar al ser humano, de las cuales Echinococcus granulosus y multilocularis son las más frecuentes y las responsables de la equinococosis quística o hidatidosis y de la equinococosis alveolar, respectivamente. Otras especies, como E. vogeli y E. oligarthrus, causan la equinococosis poliquística y uniquística, respectivamente, aunque los casos humanos son menos frecuentes.

 

  • El ser humano es un hospedador accidental que se infecta al ingerir los huevos de Echinococcus que contaminan los alimentos (frutas, verduras) y el agua. También se ha postulado el papel potencial que pueden jugar las moscas y otros artrópodos como vectores mecánicos y el riesgo del contacto estrecho entre el perro y sus dueños, ya que los huevos pueden quedarse adheridos al pelo, la zona perianal y el hocico. Accede a la información íntegra del parásito Echinococcus granulosus aquí.

 

La equinococosis, una zoonosis desatendida

  • La hidatidosis o equinococosis quística presenta una distribución mundial excluyendo la Antártida. Determinadas zonas, como diversas regiones de China, Oriente Medio, el área mediterránea, Asia Central, Australia y América del Sur destacan por su alta prevalencia con unas tasas de incidencia en los humanos que pueden superar los 50 casos por cada 100.000 habitantes al año.

La hidatidosis está presente en todo el mundo salvo en la Antártida.

  • Por el contrario, la distribución de la equinococosis alveolar se limita al hemisferio norte, en particular, a algunas zonas de China, Rusia, países de la Europa continental y de América del Norte.

 

  • En 2018, el 73% (402) de los casos de equinococosis notificados en la Unión Europea correspondieron a la hidatidosis, frente al 24% (146) de casos de equinococosis alveolar. En 2018, en España se notificaron 69 casos, siendo la tasa de incidencia de 0,15 casos por cada 100.000 habitantes al año. Por el contrario, España es uno de los pocos países de la Unión Europea donde aún no se han descrito casos de equinococosis alveolar, aunque en países vecinos como Francia se han reportado tasas de prevalencia elevadas en el hospedador definitivo (>10% en zorros).

 

  • La organización mundial de la salud (OMS) reconoce a la equinococosis como una de las 17 enfermedades tropicales desatendidas (“Neglected Tropical Diseases” -NTDs-), situándola entre las 12 más relevantes. Se estima que hay más de un millón de personas afectadas por la equinococosis y 688 millones de personas que viven en 22 países del área mediterránea están en riesgo de adquirirla. La Autoridad Sanitaria Europea en Seguridad Alimentaria (EFSA) ha identificado a granulosus como uno de los tres parásitos de transmisión alimentaria más importantes que no están sometidos a control en los alimentos.

 

  • En 2015, la OMS calculó que la equinococosis causa cada año 19.300 muertes y la pérdida de 871.000 años de vida ajustados en función de la discapacidad.

 

  • La hidatidosis es una enfermedad de declaración obligatoria por la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE) (legislación española: Orden SSI/445/2015; BOE 17 marzo 2015).

 

¿Cuál es la clínica de la hidatidosis y cómo se diagnostica en las personas?

  • La hidatidosis se caracteriza por la presencia de quistes hidatídicos en el hígado y los pulmones y, con menor frecuencia, en los huesos, riñones, bazo, corazón, sistema nervioso central (SNC) y ojos. Los signos clínicos suelen aparecer varios años tras la infección, en función del crecimiento y el tamaño de los quistes, generalmente en los adultos (edad media: 30-40 años), aunque los quistes en el SNC pueden diagnosticarse en edades tempranas. Los síntomas más frecuentes son anorexia, pérdida de peso, debilidad, dolor abdominal, náuseas y vómitos, asociados a los quistes hepáticos; y tos crónica, dolor torácico y disnea, asociados a la localización pulmonar. La rotura del quiste hidatídico puede desencadenar reacciones alérgicas y shock anafiláctico.

 

  • El diagnóstico por imagen es la técnica empleada en la detección de los quistes. La ecografía abdominal es la técnica más empleada, aunque los quistes pueden también detectarse por tomografía computerizada, resonancia magnética o rayos X. El diagnóstico diferencial debe descartar quistes benignos, tuberculosis, micosis, abscesos y tumores. Técnicas serológicas, como el ELISA y el Western Blot, se emplean para confirmar el diagnóstico por imagen. En personas seronegativas se puede realizar una aspiración percutánea para la detección microscópica de los protoescólex.

 

Opciones terapéuticas en los humanos y medidas de control

  • El diagnóstico por imagen temprano y los recursos disponibles van a ser claves a la hora de seleccionar la mejor opción terapéutica.

 

  • Las complicaciones más frecuentes son recidivas, metástasis, infecciones secundarias, reacciones alérgicas, toxicidad hepática y hemorragias.

 

  • La intervención quirúrgica para eliminar los quistes es el tratamiento de elección cuando el tamaño del quiste hidatídico es superior a 10 cm, reduciendo las recidivas, y siempre está indicada en la equinococosis alveolar.

 

  • Cuando el tamaño del quiste hidatídico es inferior a 5 cm se recomienda el empleo de fármacos o el drenaje percutáneo. El tratamiento con bencimidazoles durante 1-3 meses (albendazol: 10-15 mg/kg/día; mebendazol: 40-50 mg/kg/día) cura el 30% de los casos y es eficaz cuando los quistes son pequeños, están aislados y con una escasa reacción inflamatoria alrededor. La combinación de albendazol y praziquantel es más eficaz que el tratamiento solo con albendazol.

 

  • El drenaje percutáneo de los quistes hidatídicos mediante PAIR (punción, aspiración, inyección de sustancias que destruyan los protoescólex y reaspiración) está indicado en algunas ocasiones para el tratamiento de los quistes hepáticos y debe acompañarse de tratamiento quimioterápico si el tamaño supera los 5 cm.

 

  • En ausencia de tratamiento quirúrgico es fundamental controlar la evolución del tamaño de los quistes cada 3 meses durante al menos 3 años mediante ecografía.

La hidatodosis alcanza una mayor tasa de prevalencia en las zonas rurales.

  • Los programas preventivos se centran en la desparasitación de los perros, la higiene en los mataderos y la educación del público (más información en el parásito del mes – granulosus-). La equinococosis es un problema muy relevante de salud pública con las mayores tasas de prevalencia en áreas rurales donde hay un estrecho contacto entre el hospedador definitivo (perro y otros cánidos) y el hospedador intermediario (especialmente rumiantes domésticos y silvestres en el caso de la hidatidosis). Por ello, la OMS está implementando diferentes iniciativas en aquellos países donde la hidatidosis es endémica basadas en campañas de educación sanitaria siguiendo el abordaje “One Health” para su control y prevención. Por su parte, el RD 2018/772 de la UE establece las medidas sanitarias preventivas para controlar la infección de los perros por E. multilocularis. También especifica el programa de vigilancia que debe realizarse en la fauna silvestre, dirigido fundamentalmente a los zorros, ya que E. multilocularis suele presentar un ciclo silvestre donde los zorros actúan como hospedadores definitivos y pequeños mamíferos (sobre todo roedores como el topillo) como hospedadores intermediarios.